La mitad de las aplicaciones solicita más información de la que necesita para funcionar
Fotos, vídeos, documentos PDF, datos de localización… Los permisos solicitados por algunas aplicaciones online dan acceso a más información de la que el usuario es consciente. Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han creado por ello PrivySeal, un asistente de privacidad inteligente para detectar mejor esos riesgos y alertar a los usuarios. Por Patricia Pérez.
Google drive, Dropbox, OneDrive y otros servicios de almacenamiento en la nube se han convertido en el hogar de una amplia gama de datos, que van desde fotos a material sensible para una empresa. Una evolución importante de los últimos años se produce cuando estos servicios se convirtieron en plataformas de aplicaciones. A diferencia del tradicional software de escritorio, ahora las aplicaciones están alojadas en la nube, por lo que sus datos están disponibles en cualquier momento para los desarrolladores.
A pesar de que Google requiere que se aprueben los permisos de cada aplicación antes de acceder, el usuario no suele ser consciente del riesgo real que se plantea. Una aplicación puede solicitar acceso a toda la unidad de Google en lugar de al único archivo que necesita, y aun así la descargarán cientos de miles de usuarios y con valoraciones altas. Como consecuencia, en la nube se comparte mucha más información personal de la que queremos o incluso imaginamos. Eso es lo que han detectado investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) en Suiza. Para tratar de frenarlo o, al menos alertar sobre ello, han creado PrivySeal, un asistente de privacidad inteligente con el que informar a los usuarios exactamente de qué datos están de acuerdo en compartir cuando aceptan los permisos de diferentes aplicaciones web.
En un comunicado de la EPFL, Hamza Harkous, investigador principal del proyecto, señala su intención de que los usuarios conozcan los riesgos que corren al utilizar estos servicios y ofrecerles la mejor forma de evaluarlos. “Cuando un usuario quiere utilizar una aplicación, por ejemplo para retocar fotos, pincha mecánicamente en el botón Aceptar, sin pararse a leer o siquiera pensar que está abriendo la puerta a toda su colección de fotos, a veces incluso con información tan detallada como la fecha y la ubicación”, detalla.
De entrada esos datos se pueden utilizar para averiguar dónde y con quién tomó una copa el martes por la tarde, o cuándo se fue de vacaciones el verano pasado. Sin contar con que aceptar a ciegas los permisos de un servicio para guardar documentos también puede proporcionar acceso a otro tipo de datos. Y como resultado, un tercero podría ver quién son sus principales contactos, sobre qué temas discute, o averiguar su opinión sobre diversos temas mediante el análisis de las palabras más frecuentes.
“Si quieren usar estos servicios, a veces los usuarios no tienen más opción que facilitar el acceso a la información adicional, y al hacerlo, sacrifican parte de su privacidad”, explica Rameez Rahman, investigador que supervisó el proyecto. El problema surge cuando los permisos solicitados cubren un espectro mucho más amplio que los datos que realmente requieren para funcionar.
Para evaluar el alcance del problema, los investigadores analizaron más de 70 aplicaciones que se ofrecen en dos plataformas en la nube: Google Drive y Dropbox. Los resultados mostraron que casi la mitad tenía este tipo de problema de privacidad.
Para evaluar el alcance del problema, los investigadores analizaron más de 70 aplicaciones que se ofrecen en dos plataformas en la nube: Google Drive y Dropbox. Los resultados mostraron que casi la mitad tenía este tipo de problema de privacidad.
Así las cosas, crean en primer lugar la web de PrivySeal, donde el usuario debe iniciar sesión con Google Drive para obtener una guía clara y paso a paso que le permita averiguar exactamente qué ha autorizado acceder y hacer a sus aplicaciones. Para ello, el sistema estudia en primer lugar las aplicaciones, para determinar qué permisos necesitan y cuáles no. A continuación analiza los datos de la nube del usuario para saber qué información comparte, y por último le muestra lo que las aplicaciones pueden hacer con esos permisos adicionales, antes de instalarlos.
Para obtener esos datos emplea varias técnicas de visualización, aprendizaje automático y análisis de datos. Los resultados personalizados se muestran en un gráfico, con círculos de diferentes tamaños que muestran las personas, lugares y empresas con las que tiene más contacto.
La herramienta se presenta como una tienda de aplicaciones más, con la diferencia de que al hacer clic en cada una de ellas se ofrece una visión general de su privacidad y un enlace para instalarla. También proporciona detalles específicos sobre las consecuencias de los distintos tipos de solicitudes de permisos. Además, se pueden ver cuáles son los datos que realmente se necesitan para que las aplicaciones funcionen correctamente y cuáles no lo son.